El pasado sábado disputé el Torneo de Navidad que se celebró en el Golf Olivar y que organizaba el propio club.
La previsión del tiempo no era mala, pero dado que había estado lloviendo casi toda la semana y que se preveía lluvia para toda la semana siguiente, lo sorprendente fue el buen día que nos hizo. Hubo incluso ratos de sol en los que se pasó algo de calor.
Por contra el estado del campo era regular. Es cierto que para todo lo que había llovido se puede decir que el campo estaba bastante bien, pero también es verdad que había zonas del campo absolutamente impracticables, especialmente algunas calles y muchos bunkers que se habían convertido en pequeñas lagunas.
La salida del torneo era por orden de hándicap desde el tee del 1 y lo bueno que tiene ser un hándicap medio-alto es que yo salía a una hora magnífica, a las 10:10. Si yo fuera un hándicap bajo y hubiese tenido la salida a las 8:00 de la mañana, desde luego no hubiese estado muy contento.
Normalmente el hoyo 1 se me suele dar bastante bien porque al hacer un dogleg a la derecha y mi fallo habitual es el slice, suelo acortar el hoyo y me resulta relativamente sencillo alcanzar el green de tres golpes y muchas veces, incluso de dos. En esta ocasión, sin embargo, mi golpe de salida (por la derecha) acabó debajo de un árbol y no me quedó más remedio que dar un golpe para sacar la bola a la calle. Para colmo el putt de bogey no fue bueno y acabé el hoyo con el primer doble-bogey.
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