El campo pudo conmigo

El pasado sábado jugué el «I Torneo de Golf Parador de Alcalá de Henares» que se celebró en Cabanillas Golf.

Era la segunda vez que jugaba en este durísimo campo y he de decir que me gustó mucho más que la primera. De aquella ocasión ya solo me quedaban en el recuerdo las malas sensaciones, la dificultad del campo y la imposibilidad de hacer siquiera un resultado digno.

Este sábado, a medida que iba jugando los hoyos, empezaba a acordarme de cómo fue realmente aquel día y por qué tenía tan malos recuerdos. Aquel día, además de no conocer el campo, fue un día gris, en el que la noche anterior cayó una tromba de agua que dejó el campo en bastantes malas condiciones y en el que estuvo lloviznando durante casi toda la jornada.

En esta ocasión, ha sido un día soleado, casi veraniego, incluso algo caluroso para las fechas en las que nos encontramos, y el campo se encontraba en perfectas condiciones.

En lo referente al torneo propiamente dicho, la salida fue a tiro, y yo salía por el hoyo 6. Lo cierto es, que ya en el segundo golpe pequé de pardillo al intentar golpear una bola desde el rough con el híbrido. Esto me hizo desperdiciar un golpe y dos más al tirar la bola fuera de límites en el cuarto golpe. Había empezado muy mal el torneo, pero a la vez, me sirvió para hacerme ver que cuando tirase una bola al rough, debía reflexionar un poco mejor el palo con el que dar el siguiente golpe.

Los siguientes cuatro hoyos los pasé con más pena que gloria intercalando horrorosos golpes con buenas recuperaciones, para cosechar dos bogeys y dos doble-bogeys.

De repente, todo cambia gracias a tres maravillosos aproach de recuperación con los que me dejé putts de menos de un metro y con los que consiguí tres pares seguidos.

En un instante había pasado de llevar 7 puntos en cinco hoyos, a 17 puntos en ocho hoyos.

Con esta increíble inercia, llegué al antegreen del hoyo 14 en solo dos golpes, y ahí empezó el principio del fin… Necesité cuatro putts para acabar el hoyo. Realmente este resultado no tenía connotaciones negativas para mi tarjeta, puesto que en ese hoyo tenía dos puntos de ventaja, por lo que un dogle-bogey me reportó dos puntos más.

Pero a esto se unió que el hoyo 15 (hándicap 1 del campo) se me hizo imposible de acabar con un resultado positivo y eso terminó de hundirme.

Aún así, en el siguiente hoyo (par 5 y hándicap 3 del campo), de nuevo un increíble aproach me permitió patear para par desde unos dos metros… Y fallé.

El resto es historia. Dos rayas seguidas, un triple-bogey, un doble-bogey, otra raya, otro triple-bogey y otro doble-bogey para terminar.

Es decir, en los primeros once hoyos conseguí 22 puntos y en los últimos siete, tan solo 5.

Resultado final, 27 puntos stableford y una décima más a mi hándicap (23,4).

El próximo torneo al que me he apuntado es el «Madrid PLAY-OFFS Championship» que se celebrará en El Encín Golf el próximo 9 de octubre.

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