Mal resultado, malas sensaciones… Todo mal

El pasado domingo jugué el torneo organizado por Roll & Golf que se disputó en el Club de Golf Retamares.

La salida era a tiro a las 09:00h de la mañana, pero ya, incluso a esa hora, la temperatura era sofocante. Y no hizo más que empeorar.

Algo que me llamó la atención fue que, a pesar de estar el campo lleno, incluyendo algunos hoyos doblados, el ritmo de juego fue muy alto, hasta tal punto que, en mi caso, tardamos 5 horas justas en acabar los 18 hoyos del recorrido.

El campo se encontraba en perfectas condiciones, diría, sin saberlo a ciencia cierta, que lo habían preparado un tanto para el torneo, puesto que las banderas estaban complicadillas y los greenes bastante rápidos.

Yo salía por el hoyo 11 y el patrón se repitió tozudamente durante los primeros hoyos: una salida regular y muchas complicaciones para alcanzar el green.

En el primer hoyo, el segundo golpe se me fue fuera de límites por la derecha, acabando el hoyo con 7 golpes. 

En el segundo hoyo (hoyo 12, par 3) estaba a unos 15 metros de la bandera tras el primer golpe y terminé el hoyo, de nuevo con 7 golpes.

Y en el tercer hoyo, no fui capaz de embocar el putt de bogey desde poco más de un metro y, de nuevo, acabé con 7 golpes.

En el hoyo 14 me pasó algo incomprensible. La salida parecía buena, al centro de la calle e, increíblemente, cuando llegué a donde se suponía debía estar mi bola, allí no había nada y tuve que jugar una segunda bola suponiendo que la primera habría caído al obstáculo de agua.

En el hoyo 15 se me escapó otro putt de poco más de un metro para bogey y en el 16 tiré otra bola al agua desde una posición en la que es más difícil tirarla al agua que a cualquier otra parte del campo.

En el hoyo 17 (par 3) por fin conseguí bajar del doble-bogey, haciendo par tras una sacada de búnker impresionante con la que dejé la bola dada.

Volví a los doble-bogeys en los hoyos 18 y 1, con algunos golpes desesperantes.

Conseguí el primer bogey del día en el hoyo 2, mi décimo hoyo de juego.

Y de repente me fui del partido. Por surrealista que parezca, un moscardón se posó en la cabeza del driver cuando estaba a punto de ejecutar mi golpe de salida en el hoyo 3. En lugar de pararme, espantar al moscardón y volver a prepararme para el golpe, traté de ejecutar el golpe con normalidad. El desastre fue tal que casi no toqué la bola.

Esa tontería me costó una raya en ese hoyo y otra en el siguiente.

Apunto estuvo de costarme también el hoyo 5, pero, por fin tuve algo de suerte cuando encontré mi bola tras otra salida desastrosa a la izquierda de la calle en una zona donde parecía imposible encontrar una bola.

Salvé el hoyo con un bogey e hice otro bogey en el hoyo 6 haciendo la mejor salida del torneo con más de 200 metros de distancia.

Tuve problemas de nuevo para alcanzar el green en el hoyo 7 (par 5), perdiendo otra bola en el obstáculo de agua y acabando con doble-bogey.

Mi mejor hoyo fue el siguiente, donde conseguí el par como mandan los cánones: llegué al green de dos golpes y acabé con dos putts.

Terminé el torneo con un bogey en el hoyo 9 (par 3) y un triple-bogey con mucho sufrimiento en el hoyo 10 (par 5).

Al final fueron 2 pares, 4 bogeys, 6 doble-bogeys, 3 triple-bogeys y 3 peor, para un total de 29 puntos stableford. Un resultado muy malo, con malas sensaciones por las dificultades para llegar green y con muchos tripateos… Todo mal.

En cuanto al hándicap, sigo en 26,5 demostrando definitivamente que no me van a subir de ahí aunque mi hándicap, por juego, debería ser incluso peor.

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