El pasado sábado disputé el «Torneo de Semana Santa» celebrado en Golf Valdeluz y organizado por tustorneosdegolf.com. La salida fue a tiro, y yo salía desde el hoyo 15.
Como indicaban las previsiones meteorológicas, la lluvia, algo menos el viento, e incluso el granizo, iban a ser los protagonistas de la jornada de golf. Y eso que a primera hora de la mañana parecía que el sol iba a abrirse camino entre las nubes y que toda la lluvia prevista parecía haber caído durante la noche anterior.
Sin embargo, en el momento que los jugadores nos dirigíamos a nuestro tee de salida, las primeras gotas hacían acto de presencia y los paraguas y chubasqueros pasaban a formar parte del paisaje.
En cuanto al estado del campo, se puede decir que no era tan malo, dado las especiales condiciones meteorológicas reinantes y la cantidad de lluvia caída durante la noche. No obstante, la mayoría de las calles tenían bastante agua y casi todos los búnkers se habían convertido en pequeñas piscinas con, entre uno y dos palmos de agua (e incluso más). Los greenes se encontraban algo mejor, aunque alguno de ellos estaba muy irregular y en ellos era casi imposible tirar un putt recto y que la bola no fuese desviada en cualquier dirección.
Así las cosas, comencé el torneo con un bogey y dos dobles-bogeys en los tres primeros hoyos. Uno abajo al disponer de dos puntos en cada uno de esos hoyos.
Casualmente dejó de llover en ese momento y fui a enfrentarme con el barranco que entra en juego en los hoyos 1, 9, 10 y 18. El resultado en esos cuatro hoyos fue desastroso. En total: cuatro bolas perdidas, con sus cuatro puntos de penalidad correspondientes, dos rayas en la tarjeta (en los hoyos 1 y 9), un doble-bogey en el 18 y una pequeña alegría en el hoyo 10, al conseguir el par en el último cruce del barranco para mí.
Después del sufrimiento que me costó pasar el barranco en los hoyos 18 y 1, llegué al hoyo 2, en el que, incomprensiblemente, me metí en problemas después de haber hecho una buena salida. Lo que dio como resultado la segunda raya consecutiva en la tarjeta.
En el siguiente hoyo, por contra, hice una salida bastante mediocre, pero di un segundo golpe buenísimo que me dejó a unos tres metros del green. El chip fue regular, pero el putt magnífico, para conseguir el primer par del día.
Y poco después, volvió la lluvia… En ese momento, me encontraba en el hoyo 5. Llegué al green de cuatro golpes, con bastantes problemas. Tenía un putt de unos 6 metros, cuesta abajo y con caida de derecha a izquierda. ¡Dentro! En el siguiente hoyo, más problemas, bola al agua incluida. Sin embargo, de nuevo un gran putt desde unos 5 metros, de nuevo cuesta abajo y de nuevo dentro, para salvar un doble-bogey.
Parecía que la lluvia me traía buenos resultados y, cuando escampaba, mis resultados empeoraban.
Entonces llegó el hoyo 9 y otra vez el barranco. Esta vez no fue una bola, sino dos, las que mandé al fondo del innombrable. Tercera raya del día.
Para compensar algo, como ya dije anteriormente, conseguí el par en el hoyo 10 (segundo en la tarjeta).
El hoyo 11 (par 5 con agua a la derecha) suele dárseme bastante mal. Pero no esta vez, cuatro golpes correctos hasta el green y dos putts (uno mediocre y otro muy bueno para enmendar la plana).
En el hoyo 12, se me escapó el par por unos centímetros. Y sin embargo, la salida del 13 la tiré a la izquierda, fuera de límites, para acabar el hoyo con otra raya.
Llegó el 14 (mi último hoyo) y después de dos buenos golpes, empezó a granizar de manera torrencial. El campo se cubrió de blanco en pocos segundos. Cuando amainó, tiré la bola al obstáculo de agua que hay a la entrada del green. En el quinto golpe, la bola fue a botar en uno de los miles de granizos que había en el green y salió disparada. Solo pensábamos en acabar el hoyo como fuera e ir a la ducha. Una nueva raya…
La sensación general del torneo (excluyendo los dos últimos hoyos) era que había pateado bien, incluso muy bien, pero esta vez los problemas los había tenido en los terceros golpes (los aproach).
Revisando la tarjeta, me doy cuenta de que mi juego estuvo lleno de altibajos: 3 hoyos buenos, 3 hoyos malos. 4 hoyos buenos, 3 hoyos malos. 3 hoyos buenos, 2 hoyos malos.
Al final, 27 puntos stableford y una décima más a mi hándicap (23,4).
Como nos encontramos inmersos en la Semana Santa, aún no he decidido cuándo, ni dónde será mi próximo torneo. En principio, debería ser el fin de semana del 2-3 de abril, pero no es seguro.