El pasado sábado jugué uno de los torneos perteneciente al Circuito La Vuelta al Mundo en 10 Torneos, que organiza tustorneosdegolf.com y que se disputó en el campo de Cabanillas Golf.
En todo el pasado 2019 no había jugado ningún torneo en este campo y hacía tiempo que tenía ganas de jugar aquí. Seguramente sea uno de los campos más complicados en los que he jugado, pero, a la vez, cuanto más lo juego, más me gusta.
Aún recuerdo la primera vez que jugué aquí y el infierno que pasé pero, y no soy el único, cada vez me atrae más.
Para ser honesto, no es un campo al que vaya pensando en sacar un buen resultado, sino a tratar de disfrutar el día y no obsesionarme con las bolas perdidas o las rayas en mi tarjeta. Y por desgracia, la experiencia me da la razón.
Encima, para complicarlo un poco más, durante la primera mitad del torneo, sopló un viento bastante desagradable con algunas rachas fuertes que hacían desesperante jugar al golf.
El campo, además estaba bastante duro, lo que para mí, personalmente, es bueno, porque hago mucha más distancia en el juego largo, cosa que es algo de lo que adolezco. Sin embargo, los greenes también estaban muy duros y rápidos, y resultaba casi imposible parar la bola en los approach.
Comencé el torneo saliendo por el hoyo 1 (par 5, con la salida muy en alto) y mi primera bola se fue tan a la derecha que casi llega al tee del hoyo 7. Di un segundo golpe malo con el que me fui al bunker que, teóricamente, está ahí para quien llega desde la salida. Y para rematar, el tercer golpe se me fue por el fuera de límites que separa la calle del hoyo 1 con la calle y el green del hoyo 6. Tiré una segunda bola y se fue al río que cruza la calle del hoyo 1 y con esto levanté bola, y contabilicé la primera de todas las bolas que perdí.
En el hoyo 2, otra bola al agua, esta vez con el segundo golpe, y otra raya anotada en mi tarjeta.
Por fin conseguí mis dos primeros puntos con un doble-bogey en el hoyo 3, no sin poco sufrimiento.
También puntué en los hoyos 4 y 5 con un bogey y otro doble-bogey. Pero en el hoyo 6, tras una salida que parecía buena fui incapaz de encontrar mi bola y volví al camino de las rayas en mi tarjeta.
Otra bola al agua en el hoyo 7 y otra bola fuera de límites en el hoyo 8, hicieron que tampoco puntuase en ninguno de esos 2 hoyos.
Acabé la primera vuelta con un punto en el hoyo 9, gracias a otro doble-bogey, para unos paupérrimos 6 puntos en 9 hoyos.
Empecé la segunda vuelta con la misma tónica general del torneo y me apunté otra raya en el hoyo 10.
Lo peor del torneo llegó cuando, tras dar un golpe de salida que parecía espectacular en el hoyo 11, tampoco pude encontrar mi bola y aún no me explico qué pudo pasar. Este hoyo tiene una encina en el centro de la calle. Lo correcto es tirar por la derecha de la encina, pero sin pasarse, porque se puede acabar en problemas. Mi bola fue por la izquierda de la encina, pero con efecto de izquierda a derecha, por lo que supuse era un gran tiro. Además, al estar el campo tan duro, botó y cogió la cuesta abajo que, teóricamente, debería haberla llevado hasta poco antes del río que hay delante del green. Pues no hubo manera de encontrarla.
En el hoyo 12 (par 3) salvé el agua, pero no pude bajar del triple-bogey y otra raya para mi tarjeta.
Por fin algo me salió bien entre los hoyos 13 y 15, en los que saqué dos bogeys y un doble-bogey y siete buenos puntos en tres hoyos (uno más que en toda la primera vuelta).
Para finalizar el torneo, volví a anotarme una raya en el hoyo 16, un buen bogey en el hoyo 17 (par 3 larguísimo, sobrevolando el agua) y otras dos bolas perdidas en el hoyo 18, con el que acabó la pesadilla.
Al final, solo 15 puntos stableford, aunque en esta ocasión me libré de la subida de hándicap, ya que los resultados fueron tan malos, que el ganador hizo 35 puntos.
El próximo torneo que juegue será, seguramente, otra de las pruebas del Circuito de Madrid de Pitch & Putt que se juega en Golf Park y que es un campo que me gusta jugar por encontrarse muy cerca de mi casa.