El pasado sábado jugué el Torneo de Navidad organizado por el Comité de Independientes de la Federación de Madrid de Golf, que se disputó en El Encín Golf.
Para mí es ya una tradición jugar este torneo. Hasta este año, porque era el único torneo organizado por el Comité de Independientes que se jugaba en fin de semana. Y ahora que ya hay torneos de Independientes en fin de semana, porque sigue siendo una oportunidad de jugar al golf un torneo un tanto especial, con el aliciente añadido de que en el precio del greenfee está incluida también la comida.
En todo caso, este año el torneo no se celebró en el Centro Nacional de Golf, como se había celebrado en años anteriores y, en mi opinión, fue una suerte, porque en el Centro Nacional siempre había problemas con las heladas y el inicio del torneo tenía que retrasarse.
Nada de esto ocurrió en esta ocasión. La temperatura era fresca, pero agradable para la práctica del golf. Nublado, pero sin una gota de viento. Y el campo se encontraba en muy buenas condiciones.
Yo salía por el hoyo 12 (par 3) y cuando me enteré, pensé que no era un buen hoyo para mí, para empezar, puesto que significaba terminar con los hoyos 10 y 11, que se me suelen dar bastante mal y que, en caso de necesitar algunos puntos, tanto para hacer un buen resultado, como para salvar el hándicap, lo tendría un poco más complicado.
Por otro lado, salir casi al comienzo de los segundos nueve hoyos del recorrido, pensaba que me vendría bien, pues pasaría en primer lugar los hoyos que me parecen más complicados.
Por suerte acerté solo con la segunda parte del razonamiento, ya que, a parte del bogey que hice en mi primer hoyo, el 12, como ya dije, desde el 13 hasta el 17, fueron cinco doble-bogeys seguidos. Cuando no fallaba el segundo golpe, fallaba el tercero, o si no, tiraba la bola al agua como en el hoyo 16. Y el remate llegó en el hoyo 17 en el que, por primera vez en varios años, di un golpe al aire. Al menos, como dije, a pesar de todo fui salvando los hoyos de doble-bogey en doble-bogey.
Sin embargo, algo cambió en el hoyo 18 (par 5) pues, aunque también fallé el tercer golpe y solo pude avanzar unos pocos metros, fueron los suficientes para necesitar dos palos menos y con el cuarto golpe, dejé la bola a unos cuatro metros de la bandera. Con dos putts cerré el hoyo y abrí la senda de los bogeys.
Hice también bogey al 1, al 2, al 3 y al 4. Con mención especial para el bogey del hoyo 3 (par 3). El golpe desde el tee fue horroroso, directo a la izquierda, a pocos metros del fuera de límites y se vio como la bola terminaba entrando en una zona de matorrales. Decidí tirar una bola provisional, por si acaso no encontraba la primera, y la dejé en el green. Estuve tentado de dar por perdida la bola tras buscarla brevemente, y continuar jugando la segunda. Al final encontré la primera y no podía tirar a green así es que tuve que jugar hacia un sitio desde el que poder tirar a la bandera. El golpe fue con decisión y bueno. Con otro buen tercer golpe, dejé la bola a un metro del hoyo y con un putt conseguí un bogey que ni yo mismo me creía.
Por fin, en el hoyo 5 (otro par 3) conseguí mi primer par del día. Aunque lo emborroné en el hoyo siguiente con el primer doble-bogey de la vuelta.
En el hoyo 7 (par 4 y hándicap 3 del campo, es decir, uno de los tres hoyos en los que tenía dos golpes de ventaja) hice el segundo par del torneo, tras un maravilloso segundo golpe desde una distancia de unos 170 metros a la bandera y que dejé en el antegreen, pasado el hoyo y un poco por la derecha. Este par me reportó cuatro puntos en la tarjeta, que siempre son importantísimos a la hora de conseguir un buen resultado.
Acabé la vuelta con bogey en el hoyo 8 y doble-bogey en el 9, que es el hándicap 1 del campo, por lo que también tengo dos golpes de ventaja.
En esta vuelta, hoyos del 1 al 9, había conseguido 20 grandes puntos stableford, pero en el cómputo total llevaba 30 y me quedaban los hoyos 10 y 11 para terminar.
Aunque no son hoyos que se me suelan dar bien, en esta ocasión, los segundos golpes me ayudaron a dejar la bola en las inmediaciones del green y desde ahí, con un approach y dos putts, acabé sendos hoyos con bogey.
Al final fueron 34 puntos stableford, lo que significaba mantener el hándicap y acabar el año golfístico en 19,7.
Lo mejor del torneo fue que no hice ninguna raya en los 18 hoyos, siendo el peor resultado el doble-bogey, que hice en siete ocasiones, más dos pares y nueve bogeys.
Y para terminar de redondear el día, en el sorteo de regalos me tocó una bolsa de palos, que me viene estupendamente porque a la mía se le están empezando a romper las cremalleras.Lo dicho, ¡Feliz Navidad y mucho golf para 2019!Nosotros aquí estaremos para contaros lo que nos vaya sucediendo en los torneos y para informaros de los torneos que se celebren en Madrid y sus alrededores.