El pasado sábado disputé el torneo «Oro Valdeluz» que se celebró en Golf de Valdeluz. Dadas las fechas y el no muy atractivo valor de los premios, imagino que fueron las razones para que el número de jugadores apuntados fuese tan escaso, no llegando a la veintena.
El día fue caluroso, pero corría una ligera brisa que hacía que la sensación térmica fuese soportable, incluso, hasta cierto punto, agradable.
El campo se encontraba en bastantes buenas condiciones, aunque la impresión que me llevé del green de prácticas fue de auténtico terror. Menos mal, que los greenes del campo, como digo, se encontraban bastante bien.
La salida del torneo fue a tiro a las 9:30 horas y yo salía por el hoyo 17. El primer golpe fue regular, desviado a la derecha, como casi siempre en este hoyo, ya que a la izquierda hay fuera de límites. El segundo fue un buen golpe con la madera 3, con el que avancé hasta las inmediaciones del green, aunque finalmente la bola acabó en el bunker. Pude sacarla sin problemas, y con dos putts, terminé el hoyo con un buen bogey.
La salida del hoyo 18 fue mucho peor. Mandé la bola muy desviada a la izquierda, y fuera de límites. Aunque mi fallo habitual con el driver es tirar la bola desviada a la derecha, en este torneo, hasta en siete ocasiones fallé tirando la bola por la izquierda, y en tres de ellas, la bola se fue fuera de límites o al agua.
Con la penalidad que tuve en el hoyo 18, no pude hacer otra cosa, sino apuntarme la primera raya del día en mi tarjeta.
El hoyo 1, junto con el 11 y el 9 (aunque éste no cuenta al ser un par 3) fueron las únicas salidas que tiré al centro de las calle y largas (en el caso del hoyo 9, dejé la bola en green, a unos tres metros de la bandera). Gracias a la buena salida, conseguí el segundo bogey en tres hoyos.
Y en el hoyo 2 (par 3) el tercer bogey en cuatro hoyos.
La salida del hoyo 3 fue de las pocas que fallé por la derecha. A pesar de eso, gracias a un segundo golpe magnífico sobrevolando el agua, conseguí crearme una gran oportunidad de birdie. No lo rematé, pero el par fue también un buen resultado.
En el hoyo 4 (par 5), volví a las andadas y en la salida me llevé tanto la bola a la izquierda que se fue fuera de límites. Con la penalidad no pude bajar de triple-bogey y me apunté la segunda raya del día en la tarjeta.
En el hoyo 5 hice el primer doble-bogey del torneo, pero en los hoyos 6 y 7, sendos bogeys me reportaron un buen puñado de puntos.
En el hoyo 8, a pesar de ser, uno de los hoyos, teóricamente más sencillos, suelo perder algún golpe en el camino, y en esta ocasión, me volvió a suceder. Solo pude acabar con doble-bogey y por tanto, perdiendo un punto, respecto a mi hándicap.
En el siguiente hoyo, par 3 en el que hay que volver a pasar el barranco, di uno de los mejores golpes del día. La bola botó en el centro del green, y desde ahí tenía la segunda oportunidad de birdie del torneo. Tampoco emboqué, aunque el par me proporcionó cuatro valiosos puntos.
A estas alturas llevaba, 23 puntos en 11 hoyos y me di cuenta de que la gran mayoría de hoyos los había jugado: salida con el driver; segundo golpe con la madera 3 o el híbrido; y tercer golpe con el sand o algún otro hierro con el que approchar desde las inmediaciones del green. Es decir, los hierros 5, 6, 7, 8 y 9, apenas los había sacado de la bolsa.
El hoyo 10 era la última ocasión en que tenía que pasar el barranco. Este día las barras amarillas de salida se encontraban bastante atrás y aunque el golpe fue recto, en el último momento la bola pegó en unas ramas y cayó fuera de límites. Acabé con una nueva raya en la tarjeta y era la tercera.
Los dos siguientes hoyos los terminé con un único putt y gracias a eso el resultado fue de bogey y doble-bogey, respectivamente. En éste último caso, después de haber enviado la bola al agua, con una nueva salida desviada a la izquierda.
El hoyo 14 se me atragantó como tantas otras veces, a pesar de ser el hándicap 18 del campo, y tuve que anotarme la cuarta raya del día en la tarjeta.
Al menos pude acabar los tres últimos hoyos del torneo con sendos bogeys, que me reportaron ocho puntos.
El resultado final fue de 35 puntos stableford, con dos pares y nueve bogeys. Y una sensación extraña que nunca había tenido… podría haber seguido jugando otros 18 hoyos.
Ahora toca descansar y desconectar del golf por unas semanas. El próximo torneo que juegue será el último fin de semana de agosto, como pronto.