Lo mejor llegó después del torneo

El pasado sábado jugué el Torneo de Navidad de Independientes celebrado en el Centro Nacional de Golf de la RFEG y organizado por el Comité de Independientes de la Federación de Golf de Madrid.

El campo se encontraba en un estado bastante bueno, teniendo en cuenta las intensas lluvias caídas los dos días previos a la celebración del torneo. Aunque también es cierto que, dado que el campo había estado en obras durante varios meses para mejorar el sistema de riego y drenaje del mismo, me pareció que había demasiada agua acumulada, sobre todo en algunas zonas.

El día del torneo amaneció nublado y amenazando lluvia, y aunque la temperatura no era extremadamente baja, empezaba a soplar un fuerte viento, que finalmente fue el gran protagonista de la jornada.

La salida del torneo fue a tiro y yo salía por el hoyo 13. Como viene siendo habitual en mis últimos torneos, comencé el día con buenos resultados. En el primer hoyo (el 13) hice un doble-bogey a pesar de haber fallado estrepitosamente el segundo golpe y no haber dado tampoco un gran tercero. Sin embargo lo arreglé en el siguiente hoyo (hoyo 14, par 3) con el primer par en mi tarjeta. En el hoyo 15 hice bogey, y a partir de aquí empezaron los problemas.

En los siguientes cinco hoyos me anoté tres rayas y dos doble-bogey con los que obtuve unos raquíticos tres puntos.

Luego llegó el hoyo 3 (par 3) en el que, de salida, dejé la bola a poco más de dos metros de la bandera. Fue mi primera oportunidad clara de birdie, y no la única. Al final no pude embocar y solo pude firmar un nuevo bogey.

De nuevo pasé otra serie de cinco hoyos más con resultados desastrosos: cuatro rayas y un único punto en mi tarjeta.

Y en el hoyo 9 (último par 3 del campo para mi) llegó otra oportunidad clarísima de birdie. Esta vez tampoco emboqué, pero al menos aprendí la lección del hoyo 3 y conseguí hacer par.

Poco más hice hasta el final del torneo, aparte de esperar que pasasen lo más rápido posible los tres hoyos que me quedaban.

Resumiendo, mi resultado final fue de unos pobrísimos 17 puntos stableford, que me deberían haber supuesto otra décima más a mi hándicap, pero que no fue así ya que el resultado del resto de jugadores fue también tan horroroso que el comité de la prueba decidió no subir el hándicap a nadie.

Esta buena noticia vino acompañada de un regalo en forma de guante para todos los participantes y la invitación a una comida en el restaurante de la casa club, por lo que al final me fui a casa, hasta casi contento.

El remate del día hubiese sido ser agraciado con el jamón de bellota que se sorteó entre los asistentes, pero que no fue para mi.

Así las cosas, creo que no jugaré ningún torneo más este 2016 por lo que acabaré el año con un hándicap de 23,6 y una bajada total en el año de 1,1 puntos.

El próximo torneo que juegue será ya en 2017 aunque no sé ni cuándo, ni dónde lo haré.

Feliz Navidad a todos y que el 2017 os traiga muchas alegrías y si así lo deseáis, una buena bajada de hándicap.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *