El pasado domingo jugué la penúltima prueba del Ranking Golf Santander 2016, que se disputó, evidentemente, en Golf Santander.
Como ya he comentado en anteriores ocasiones el campo me sigue pareciendo increíble. Sin duda, el mejor campo en el que he jugado.
Además, de las tres ocasiones en las que he jugado este año aquí, ésta ha sido la vez que en mejores condiciones se encontraba. Los greenes, impecables. Y las calles, excepto por dos o tres zonas que todavía no se habían recuperado del todo de la última resiembra, también en perfectas condiciones. Y para terminar de rematar, las condiciones meteorológicas no podían ser mejor. Con decir que jugamos en manga corta un 13 de noviembre en Madrid, queda todo dicho.
Por todo lo comentado hasta ahora, solo quedaba disfrutar del campo y la temperatura, y jugar al golf.
Empecé mejor que bien. Salía por el hoyo 7 (par 3 en el que hay que sobrevolar el agua) y aunque el golpe se me desvío un poco a la derecha, la bola acabó en la calle, a la altura de la bandera, a unos dos metros del green y entre cuatro y cinco metros del hoyo. Con dos putts conseguí el primer par del día, que al final se convirtió en el único par del día.
En el hoyo 8 llegué sin mayores problemas de tres golpes a green y con otros dos putts, hice un bogey, bueno para mí. El hoyo 9, aunque se me complicó un poco por un fallo en el segundo golpe con el que apenas moví la bola una decena de metros, lo arreglé con un gran tercer golpe. Por desgracia, necesité tres putts para embocar y finalizar el hoyo con doble bogey.
Sólo di un golpe más (la salida del hoyo 10), antes de que se empezasen a torcer las cosas. El segundo golpe, un golpe sencillo desde el medio de la calle lo fallé y mandé la bola al riachuelo que cruza la calle de lado a lado. Y el cuarto golpe (incluyendo la penalidad) fue tan desviado a la derecha que mandé la bola fuera de límites. Levanté bola y me anoté la primera raya del día en mi tarjeta.
A partir de ese momento, más que jugar al golf, sufrí en el campo de golf. Salvo un bogey en el hoyo 16, el resto fueron doble-bogeys o peor. No hice ni un solo hoyo digno de recordar. Ni siquiera puedo decir que diese dos golpes seguidos aceptables.
Evidentemente, la tarjeta no deja lugar a dudas: Un par. Dos bogeys. Siete doble-bogeys. Tres triple-bogeys y cinco, peor.
Resultado final: 20 puntos stableford y una décima más a mi hándicap (23,6).
El próximo torneo espero jugarlo en dos semanas aunque aún no he decidido dónde lo jugaré.