El pasado fin de semana jugué la penúltima prueba del circuito «World Amateur Golfers Championship» que se celebró en Golf Valdeluz.
Era el primer torneo que disputaba en más de un mes y la primera vez que tocaba los palos de golf en ese mismo tiempo. Para más inri, aunque llegué al campo con suficiente antelación, tuve que esperar tanto tiempo para recoger la tarjeta que no pude ir a la cancha de prácticas a calentar. Tuve que salir directamente hacia mi hoyo de salida (el hoyo 3) para intentar llegar a la hora establecida para el tiro.
Así las cosas, hice un pequeño calentamiento y unos pocos swines de prácticas y golpeé la primera bola. Dadas las circunstancias, el golpe no fue malo. El segundo tampoco lo fue del todo, sin embargo, la bola cogió la pendiente y se fue al obstáculo de agua. Con un doble-bogey salvé un punto en la tarjeta y me di por satisfecho.
Los tres siguientes hoyos los acabé con bogey, doble-bogey, bogey, con lo que, después de cuatro hoyos, había recuperado el punto perdido en el primer hoyo y me mantenía al par respecto a mi hándicap.
En el hoyo 7 conseguí mi primer par del día gracias a que necesité un único putt para acabar el hoyo. Al disponer de dos puntos en este hoyo, mi resultado en ese momento era de dos bajo par. Poco me duró la alegría, pues en el siguiente hoyo, hice triple-bogey y me anoté la primera raya en la tarjeta, por lo que volví a estar al par del campo.
En los siguientes hoyos parecía ir subido en una montaña rusa… El golpe que gané al campo en el hoyo 9, lo dilapidé en el hoyo 11 con otra raya. En el 12, recuperé otro golpe y volví a hacer otra raya en el 13.
Y en el hoyo 14 (par 5) se produce el punto de inflexión que necesitaba. Por increíble que parezca, el nuevo parón que tuvimos que sufrir (de los muchos que tuvimos a lo largo del torneo) para que el partido de delante acabase el hoyo, me vino realmente bien. La salida con el driver fue aceptable, aunque no cogí calle. El segundo golpe fue horrible y solo avencé unos pocos metros, cayendo en un búnker. El tercero no estuvo mal, para haberlo hecho desde la arena. Pero al llegar a mi bola aún me quedaban unos 150 metros para el green. Entonces se produjo el parón y tuve tiempo de pensar mi estrategia, e incluso de comentarla con uno de mis compañeros de partida que se encontraba tres o cuatro metros más alejado del hoyo que yo. Él me dijo que iba a tratar de ser conservador para evitar el obstáculo de agua, tirando a la izquierda del green. En cambio yo, había decidido ser agresivo y tirar a bandera sobrevolando el agua. El golpe fue buenísimo y la bola acabó en el green. Dos putts fueron suficientes para acabar el hoyo y mantener mi tarjeta con 2 sobre par.
En el hoyo 15 (par 3 corto, aunque cuesta arriba y bien protegido por los bunkers), un nuevo largo parón me permitió hacer varios swines de prueba con los que intentaba solucionar los problemas que estoy teniendo últimamente con el hierro 6. Dicho y hecho. El golpe fue recto y a la bandera. Aunque me quedé medio metro fuera del green, con dos putts conseguí un nuevo par que me ponía con -2 a falta de 5 hoyos.
El hoyo 16 está marcado como el hándicap 6 del campo, lo que hace que también tenga dos golpes de ventaja. Sin embargo, a mí este hoyo no me parece tan difícil y un nuevo bogey me ponía con -3 y un hoyo menos.
Con este resultado y a estas alturas de torneo empecé a animarme para conseguir una bajada de hándicap largamente esperada (siete meses desde la última vez). Pero en el hoyo 17 un bofetón de realidad estuvo a punto de arruinarme el torneo. Conseguí salvar un punto con un doble-bogey y volver a -2.
Me quedaban los hoyos 18, 1 y 2 y tenía un punto de ventaja en los hoyos 18 y 2, y dos puntos en el hoyo 1. Increíblemente jugué estos tres hoyos sin fallos garrafales lo que me permitió tener posibilidades reales de conseguir algún nuevo par. Estuve muy cerca en los tres, pero me tuve que conformar con tres bogeys que me daban un resultado final de 39 puntos y la tan ansiada bajada de hándicap.
Me quedó el regusto amargo de no haber conseguido algún par más en los últimos tres hoyos, unido a que con el asc de juego, la bajada de hándicap fue de 8 décimas en lugar de 1,2 puntos, pero al menos volví a mi hándicap mínimo histórico de 23,2.
El próximo intento de seguir bajando hándicap creo que será este próximo fin de semana en Somosaguas.