Lamentable el estado del campo (y mi juego)

El pasado sábado 14 de mayo, jugué uno de los torneos pertenecientes al Circuito Premium organizado por Gambito Golf, que se celebró en Golf Santander. Antes de nada me gustaría señalar que el campo se encontraba en un estado lamentable debido a los trabajos de siembra y pinchado que se habían realizado algunos días antes. Lo que me parece vergonzoso es, tanto que se organice un torneo en unas fechas tan cercanas a la realización de los trabajos de mantenimiento, como que no se hubiese indicado en ningún momento el estado del campo. La mayoría de las calles no se habían recuperado del pinchado y parecía que cada golpe lo estuviese dando desde el búnker.

Los greenes estaban mejor, pero lejos de estar perfectos. Para acabar con las quejas (que no excusas) he de decir que es la segunda vez que juego este año en este campo y lo he vuelto a encontrar muy machacado. Las dos veces que había jugado antes de las de este año, me había quedado realmente sorprendido del estado perfecto del campo, pero parece que últimamente deja bastante que desear el mantenimiento.

Como ya he comentado, nada de esto son excusas para el horroroso resultado que coseché en el torneo. Para mí, las verdaderas razones son: en primer lugar, mi aptitud para el juego, y luego, la dificultad del campo y su longitud, que hace que los últimos hoyos me vaya arrastrando debido a mi bajo estado de forma.

Dicho todo esto, comencé el torneo con dos bogeys en los tres primeros hoyos, bastante meritorio, sobretodo el primero, ya que el hoyo 1 es un par 5 muy largo.

Luego vinieron dos rayas seguidas y una secuencia de bogey, doble-bogey, bogey en los hoyos 6, 7 y 8. Esto hacía un resultado de 12 puntos stableford en ocho hoyos. Es un resultado regular, tirando a malo, pero nada comparado con lo que pasó a partir de ese momento.

El hoyo 9 es un par 4, bastante corto y teóricamente fácil, pero, tanto en este torneo como en el anterior, al dar el segundo golpe con un hierro intermedio, la bola se me fue a un minúsculo riachuelo que hay a la derecha, lo que hizo en esta ocasión que no fuera capaz de rescatar ni un solo punto para mi tarjeta.

En el hoyo 10 me volví a liar con los hierros en el tiro a green, y el hoyo 12 me está empezando a crear un problema puesto que no he llegado siquiera a estar cerca de puntuar en las cuatro ocasiones que lo he jugado. Al menos esta vez me quedo con el golpazo que di desde el tee de salida… Larguísimo, con un pequeño efecto de derecha a izquierda. Lo mejor del día, sin duda. El problema es que era mi tercer golpe, puesto que ya habia enviado mi primera bola por el fuera de límites de la derecha. Al final lo acabé, necesité diez golpes, pero lo acabé.

En el hoyo 13 me hice el último bogey del día y, junto con los dos puntos que fui capaz de cosechar en el hoyo 17 (a pesar de haberme ido al agua), fueron los únicos tantos que añadí en mi tarjeta en los últimos seis hoyos.

Total: 17 paupérrimos puntos. 12 en la primera vuelta y 5 en la segunda. Un punto menos que la última vez que jugué aquí y una décima más para mi hándicap (23,6).

Lejos de dejarlo por imposible debido a los malos resultados obtenidos en este campo, es precisamente esto lo que me sirve de acicate para seguir jugándolo e intentar hacer un torneo más acorde con mi hándicap. Prometo volver, aunque aún no sé cuándo.

El próximo torneo que juegue será en dos semanas, probablemente en el RACE. Uno de los torneos pertenecientes al Circuito Summum Nacional.

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