Dos birdies y ganador del torneo

El pasado sábado jugué el Torneo Especial de Reyes que organizaba tustorneosdegolf.com y que se celebró en Golf de Valdeluz.

La hora prevista para el tiro de salida era a las 10:00h, pero ya nos avisaron el día anterior que debido a la previsión de heladas en el campo, la salida se retrasaría hasta las 11:00h.

Efectivamente, las previsiones se cumplieron y el campo se encontraba duro como una piedra durante la primera parte del torneo, aunque con el aumento de temperatura que se fue produciendo a lo largo de la mañana, las condiciones del campo fueron cambiando progresivamente.

A parte de duro, el campo se encontraba en perfectas condiciones y el torneo, como suele ser habitual últimamente en Valdeluz se jugó desde las barras blancas de salida.

Ya he comentado en otras ocasiones que me encanta jugar en invierno y con las condiciones climatológicas que se dieron este sábado: mucho frío, el campo helado y, por suerte, sin viento y saliendo el sol de vez en cuando para calentar los cuerpos un poco.

Una de las razones por las que me gusta jugar en estas condiciones fue precisamente por lo que me pasó en el primer golpe que di desde el tee de salida del hoyo 17 (mi primer hoyo del torneo). El golpe fue regular, pero recto. La bola botó en la calle, que como estaba dura como una piedra, hizo que ésta botase y rebotase hasta alcanzar los 220 metros (distancia que es casi una quimera para mí, salvo en situaciones como la de este día).

Evidentemente, al jugar en estas condiciones, cuando se llega al green hay que jugar con mucho tacto porque lo que te da una calle dura, te lo quita con creces un green duro. En esta ocasión pateé para par desde poco más de un metro y fallé, por lo que tuve que conformarme con comenzar el torneo con un bogey.

Las cosas no solo no mejoraron, sino que empeoraron en los siguientes hoyos. En el hoyo 18 me anoté la primera raya en mi tarjeta, tras perder dos bolas en el dichoso barranco.

En el hoyo 1 conseguí pasar el barranco, pero mi bola se quedó pegada a la base de un árbol y con una rama que salía a escasos centímetros del suelo. Decidí declarar la bola injugable con el consiguiente punto de penalidad. Al menos fui capaz de acabar el hoyo con doble-bogey y puntuar.

En el hoyo 2 saqué un buen bogey y en el hoyo 3, después de una buena salida, tiré la bola al obstáculo de agua y solo pude terminar el hoyo con triple-bogey y segunda raya en mi tarjeta del día.

En cinco hoyos había perdido tres bolas y me había anotado dos rayas, pero de repente todo cambió.

En el hoyo 4 (par 5) arreglé el horroroso segundo golpe con un buenísimo tercero que me acercó hasta unos 20 metros de la bandera. Hice approach y putt, para el primer par del día.

Otro mal segundo golpe en el hoyo 5 me condenó al doble-bogey. Pero en el siguiente hoyo (hoyo 6 y hándicap 1 del campo) hice dos increíbles golpes para firmar un alucinante birdie. Jugué el segundo golpe desde unos 165 metros hasta la bandera y dejé la bola en el green, pasado un poco el hoyo y a su derecha. Desde ahí, a unos 15 o 16 metros de la bandera, cuesta abajo y con caída de derecha a izquierda emboqué un putt que mantendré en mi memoria por mucho tiempo.

No contento con eso, seguí tirando recto y largo (por el estado del campo) lo que me permitió sacar otro bogey en el hoyo 7 y un doble-bogey con mucho trabajo en el hoyo 8.

En el hoyo 9 (par 3 en el que se cruza de nuevo el barranco), hice otro tirazo desde el tee de salida y dejé la bola en el antegreen a unos 3 metros de la bandera. El segundo golpe fue bastante deficiente, pero lo arreglé con otro buen putt para conseguir el segundo par del día.

Con este par, acababa los hoyos del 1 al 9 con un resultado de 21 puntos stableford, que realmente eran 22 porque jugaba el torneo con el hándicap limitado.

Seguí con la racha de buenos resultados con dos bogeys seguidos en los hoyos 10 y 11. Y aunque el hoyo 12 se me volvió a complicar como casi siempre, pude acabarlo con doble-bogey y dos nuevos puntos al zurrón.

En el hoyo 13 volví a hacer magia, esta vez con un segundo golpe desde 126 metros hasta la bandera, con el que dejé la bola a poco más de un metro del hoyo. Se me presentaba la oportunidad de conseguir un segundo birdie en el día, algo nunca visto por mí en un campo largo. Increíblemente pude templar los nervios para embocar y llevarme un nuevo alegrón.

En el hoyo 14 (par 5) volví a sufrir, pero volví a puntuar con otro doble-bogey. Y en el hoyo 15 (par 3) me pasó de todo. Hice una salida aparentemente perfecta, recta como una vela y directa a la bandera, pero la bola botó un metro antes del green, se quedó parada y empezó a rodar cuesta abajo por la hierba segada. Acabó unos 25 metros más abajo y desde ahí hice un buen segundo golpe con el que dejé la bola en el green a unos 3 metros de la bandera. Ese era el día en el que me salía todo y emboqué el putt de par. Mi tercer par.

Acabé el torneo con un triple-bogey en el hoyo 16 que me reportó el punto que me faltaba para los 40 puntos stableford (41 reales).

Aunque ese resultado no pensaba que fuese suficiente para ganar, la última alegría que me esperaba fue que sí lo fue y me llevé el trofeo de campeón de segunda categoría.

Los 41 puntos además me sirvieron para conseguir mi primera bajada real de hándicap desde que se implantó el nuevo sistema de hándicap, con la excepción de una anecdótica bajada de 0,1 puntos que bajé una vez.

Los 25,8 puntos de hándicap me siguen pareciendo muy malos, pero al menos me llevé unas cuantas buenas alegrías gracias al golf.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *