El pasado domingo jugué el Torneo de Navidad organizado por El Encín Golf y que se celebró en su propio campo.
El día, climatologicamente hablando, fue de los que me encantan. Hacía más bien frío, con una temperatura máxima de unos 10 u 11 grados. Estuvo nublado, pero sin nada de viento. En esas condiciones me sentí increíblemente bien. Sin sudar, es decir, sin perder líquidos, pero tampoco pasando frío y pudiendo concentrarme en lo importante, que es jugar.
La salida del torneo era a tiro y, sorprendentemente, a pesar de haber hasta seis hoyos doblados, jugamos bastante rápido y solo con algunos parones.
El campo, como suele ser habitual, estaba en perfectas condiciones y además habían retrasado las barras de salida de varios hoyos, siendo especialmente llamativas las salidas de los hoyos 2, 5 y 12, donde los pares tres cambiaban radicalmente.
Yo salía en el segundo partido del hoyo 9, lo que, en principio, me pareció una suerte para mí porque los segundos nueve hoyos del recorrido me resultan siempre más difíciles que los primeros nueve y, al jugarlos en primer lugar, estando todavía fresco físicamente, me podía suponer alguna ventaja.
Empecé, como digo, el torneo en el hoyo 9 y la primera bola la tiré a uno de los numerosos bunkers que hay en la calle. Desde ahí el segundo golpe fue muy bueno, llegando a dejar la bola a unos 65 metros del green. Curiosamente en todo el torneo, tiré varias veces a los bunkers, pero todos fueron bunkers de calle y ninguno de los que protegen el green. Y todos los golpes que di desde los bunkers fueron muy buenos, saliendo airoso de ellos sin problemas.
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