El pasado domingo jugué el Torneo de Otoño que se disputó en el campo de golf Olivar de la Hinojosa.
Fue una de las pocas veces en mi vida que he jugado 18 hoyos en campo largo en la modalidad Medal Play, pues la tendencia en los últimos tiempos es la de jugar Stableford con el objetivo de que no se alarguen demasiado los torneos.
El campo se encontraba bastante enfangado debido a las lluvias de los días anteriores y, especialmente, de la noche anterior. Aunque es cierto que los greenes y los bunkers estaban muy bien en comparación con la mayoría de las calles.
La salida del torneo era por orden de hándicap y yo salía a las 10:50, por lo que tuve la suerte de evitar las últimas lloviznas que aún caían de la noche anterior. Incluso, al final, el día fue aclarando poco a poco, hasta terminar por la tarde con bastante sol, aunque empezó a soplar el viento.
Comencé el torneo de una manera extraordinaria con bogey en los tres primeros hoyos y par en el cuarto, y con todo, una sensación de haber dejado pasar una increíble oportunidad.
Salvo en el hoyo 1, en el que emboqué un putt de mas de tres metros para bogey, en los hoyos 2, 3 y 4 pateé para birdie, y sin embargo, necesité tres putts para acabar los dos primeros, y por fin, en el hoyo 4, hice el par, aunque el putt de birdie, rozó el borde del hoyo.
Luego llegaron los hoyos 5 y 6 que se me suelen dar bastante mal. En el hoyo 5 (par 3) hice un cuádruple-bogey después de tirar una bola fuera de límites. Sin embargo, el hoyo 6 lo acabé con par, a pesar de una salida bastante defectuosa, gracias a que emboqué otro gran putt de unos 5 metros.
Con bastante sufrimiento saqué algo positivo en los hoyos 7 y 8, al acabar con doble-bogey y bogey, respectivamente.
Peor me fue en los hoyos 9 y 10, en los que solo conseguí un punto gracias a un triple-bogey en el primero de ellos.
En el hoyo 11 (par 3 de unos 190 metros) di un fantástico primer golpe con el driver con el que dejé la bola en el antegreen, a la altura de la bandera. Faltó poco para conseguir un nuevo par, pero el bogey era un buen resultado.
En el siguiente hoyo (par 5), a pesar de anotarme un golpe de penalidad tras tirar una bola fuera de límites con el segundo golpe, di un espectacular quinto golpe desde 135 metros con el que dejé la bola a unos dos metros de la bandera. Con dos putts, saqué otro buen doble-bogey.
Y en el hoyo 13 (par 3, de unos 150 metros) volví a dar otro estupendo golpe que me permitió hacer el único birdie del día tras dejar la bola a menos de dos metros de la bandera.
De nuevo me tocó luchar para conseguir otros dos bogeys en los hoyos 14 y 15. Y mucho más sufrimiento en los tres últimos hoyos que acabé con doble-bogey.
Al final, 100 golpes brutos y 77 netos, lo que me permitió acabar séptimo en la clasificación de segunda categoría (hándicap mayor de 18,5).
En cuanto al resultado stableford, terminé con 33 puntos, por lo que mantuve el hándicap en 20,3.
El próximo torneo que juegue será, probablemente, este mismo fin de semana. Una prueba del Circuito de Madrid de Pitch&Putt que se disputará en el campo de golf del Centro de Tecnificación de Madrid.